Sin manual
La vida no tiene una receta. Tampoco un manual. Por suerte para muchos hay unos guías denominados padres, término que, en ciertas ocasiones, escapa a la genética. El modelo va más allá de lo físico. Si tu papá se enoja cuando volcás un vaso y vos reaccionás de mismo modo cuando tu hijo repite esa misma acción, no es cuestión de sangre. Si tu mamá se enorgullece cuando te ve ayudando a una persona a cruzar la calle y vos lo hacés cuando tu criatura lo haga delante de ti, no es cuestión de sangre. Igualmente los modelos tampoco suelen ser esos dos exclusivamente. A lo largo de la vida uno va teniendo varios y es en cierto nivel de madurez que uno se da cuenta de que tiene, en diferentes medidas, influencia de quienes tuvieron paso por la crianza hasta la adultez. Todo viene por ciclos; cuando sos un niño o una niña, tus padres son sabios e imbatibles. Después eso te comienza a molestar y llegás a punto tal que la bronca te hace generar enfrentamientos innecesarios a veces por motivo...